En alguna otra (y remota) oportunidad hemos dado cuenta de la construcción de la realidad que efectúan los medios de comunicación en su sección política, especialmente Clarín. Con el objetivo de cautivar una audiencia, que por cuestiones inherentes a la producción debe ser "estereotipada" de alguna manera ("mis lectores son progres" dice Página/12 y saca a la venta la discografía de Víctor Jara; "los míos no son peronistas", dice Magnetto y edita un manual para hacer asados, entre otras opciones), se producen determinadas acciones que llevan a un desarrollo particular de cada sección, nota u opereta de prensa que, en tres días, quedará en la mismisima nada.
El principal componente de la cuestión podría denominarse como la "espectacularización" o "simplificación" de la política, por decirle de algún modo. ¿Qué significa esto? Bueno, a "la gente", no le interesa la política, los interminables debates del Congreso, los "vistos y considerandos" de las normas, los procedimientos y todo eso. La clase media consumidora de medios (estereotipada, remember) quiere la cosa algo masticada, por no decir digerida.
Esta es una de las razones por las cuales Gustavo y Marcelo se paran delante de cámaras y dice "con lo que pasó en el parlamento ganó fulano", "quedó en ridículo sultano", "con la Ley TN puede desaparecer". Es decir, se simplifica el análisis de tal modo que la política parece un partido de fútbol.
En el partido que juega el grupo apropiador, la política termina por ser una guerra entre "el Bien" y "el Mal". No hace falta aclarar quiénes terminan por estar en cada bando, no? "Oficialismo vs. Oposición", "Campo vs. Gobierno", "Los K autoritarios vs. los democráticos opositores", "los corruptos vs. las instituciones de la Patria" y así sucesivamente.
Pero no siempre la política es taaaaan simple. Mejor dicho: si las cosas no siempre son tan lineales, como si la vida fuese un guión para que filme James Cameron, puede que mucho menos lo sean en tiempos de virtuales "empates" (por decirlo de un modo simplificado a tono con los códigos de "la gente"...que no lee este blog).
Se sabe: pasó el 28-J (como le gusta decir a la prensa monopólica, emparentando una elección con una catástrofe), el Congreso cambió, en Diputados surgió el "grupo A" y en Senadores en eso andan. La paridad es tal que la presencia (o no) de un representante (del pueblo, de una multinacional, de sí mismo, etc) variará las votaciones a uno u otro lado.
Puedo estar cometiendo un error de lectura, pero visualizo un Congreso en el que primara la negociación (entre los que tengan algo en común, claro está) en el marco de cada sesión, por sobre los acuerdos "macro". Es decir, hoy voto con fulano y mañana con sultano. ¿Cómo van a explicar los medios esto, después de hablar de "K perdió el control del Senado"·, cuando salgan leyes del oficialismo? Es decir ¿los buenos se volvieron malos y viceversa?
Dos-ejemplos-dos.
Clarín, caliente con hincha de equipo que le ganan con un penal mal cobrado en el último minuto, puso en tapa, a colación de la falta de quorum opositor de la semana pasada, que había un "Bloqueo K al Senado, con ayuda de Menem". ¿Qué van a decir esta semana? ¿Menem se volvió "bueno"? Ni hablemos que se trata de "él" gran demonio para la mayoría de la clase media porteña.
Por otro lado, a fines del año pasado se publicó como si fuese una revolución que "la oposición tomó el control en Diputados". A tres meses de su conformación, y sin haber participado de siquiera una votación, el variopinto "grupo A" ya estuvo a punto de perder once miembros para vetar el Fondo del Bicentenario. ¿Ahora van a decir que "K" quiere comprar a Solanas y Lozano? ¿Cómo se explica, en el marco de las lecturas simplistas de la realidad política que impulsan los medios de comunicación, la negociación parlamentaria, la diferenciación de proyectos o, simplemente, ideológica? ¿Ideo-qué? ¿Esto no es entre buenos y malos?
La posibilidad cierta que los mismos senadores que vuelquen una votación hacia un lado (comisiones) lo hagan a continuación en sentido contrario (FoBic) no permite aventurar buenos tiempos para las lecturas simples y despolitizadas. Doña Rosa y la gente, tendrán que ir oteando la cartelera cinematográfica, si es que quieren ver guiones bien escritos, donde los buenos lo sean siempre. Esto es política, señores, y no resiste lecturas simples.
Algunas preguntas simplificadas
- ¿Qué es peor? ¿Ganar con Menem o perder con Saadi?
- ¿Votar con Reutemann o estar contra él, Giustiniani?
- ¿Qué tendrá que hacer Nik con este chiste?
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