miércoles, 16 de diciembre de 2009

Yeguos



Aunque nunca se terminaron de ir, volvieron las tapas coleccionables de Clarín.Una vez más, el gran diario argentino nos deleita con su inigualable construcción de la realidad desde su portada. Esa, que conductores radiales y televisivos matutinos repiten cada quince minutos, junto al estado del tiempo y de los trenes, que cada día andan mejor (los trenes, el tiempo no tanto).

Es esta misma primera página la que marcará el tema de los extensos monólogos de pseudo "especialistas-gurúes" económicos (que si cobraran  por acierto estarían agradeciendo el Subsidio por hijos para trabajadores desocupados), que explicarán "porqué sale tan cara la yegua". Sí, porque la moratoria no es para que deudores regularicen su situación frente al fisco. Tampoco para el incremento de los ingresos de las arcas estatales, es decir, de El Estado. 

No, la moratoria es porque "Cristina necesita más plata". "Esto es indignante, hoy me llevo a rosita a la esquina de Libertador y Salguero a cacerolear, siganme que no los voy a defraudar", dirá una momificada almorzadora televisiva, después de recordarle la tapa a sus comensales. Entre estos, uno saltará en su contra y se ganará la democrática reprobación de la "señora": ¿Cómo se atreven a contradecirla? A su edad, esas cosas no se hacen.  Tampoco las cosas que hace Cristina, que "necesita más plata". 


Cuando le pague al Club de París, ¿la tapa será "Cristina gastó 9000 millones en París y subieron las acciones de Vutton"? O ¿"con fondos de la gente pagan deuda de Cristina"?


Un comentario aparte, quizás para otro post, pero ya que estamos metemos todo junto, es la columna del periodista Alfredo Leuco en su blog, bajo el título de "No maten a la yegua". Si bien realiza una ¿crítica? de las amenazas de muerte a la Presidente, ¡pone en duda su veracidad! Y luego pide que no maten a nadie. ¿Hace falta referirse así de la Presidente? Según informa un compañero, habló de lo mismo en su programa de televisión por cable. Al fin de cuentas, terminaremos pensando que con la penalización de las calumnias e injurias estábamos mejor. Mientras no vuelvan, aprovechemos: son unos hijos de puta. De una yegua puta, mejor.

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