miércoles, 22 de septiembre de 2010

La Pavada


Que el periodismo argentino atraviesa una crisis de proporciones interesantes es algo que todos sabemos. 


La crisis no es producto de un "peor periodismo", sino de la visibilidad que tomaron los finos lazos que unen a las patronales empresariales y mediáticas. Esto,  deja en evidencia el entramado que sostienen centenares de páginas impresas todos los días. 


En este contexto, la falta de reflejos de los gigantes de papel es lo que termina  por tumbar el mito de la "objetividad". La patraña del "ataque a la libertad de expresión",  manifestada a través de los propios medios a toda hora, también contribuye a lo anterior.


Las estupideces que dijo Alfredo Leuco sobre Lucas Carrasco no resisten el menor análisis. Con leer los últimos tres posteos alcanza y sobra para mearse de risa de las palabras del flamante ex periodista (para serlo hay que, mínimamente, poder interpretar un texto).


Que la corporación mediática salga a replicar esta pavada es algo esperable. Es para lo que está: la defensa de las corporaciones y sus actores. Entre ellos se devoran, pero si tocás a uno, tocás a todos. 


Pero la sarta de estupideces que hoy firma el editor general de Clarín excede el límite de lo imaginable. Digamos que, no sin temor a ser denunciados por el señor Kirschbaum que se molesta de las críticas a los inmaculados periodistas, es la columna más ridícula que ha publicado el pasquín de la calle Tacuarí en lo que va del año.


Dicho lo anterior, no hay más nada para agregar. Lean la columna y saquen sus propias conclusiones.

2 comentarios:

  1. ya no saben qué inventar para ensuciar al gobierno, ¡qué desesperados están!

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  2. ¿Ustedes sabian que el padre de este granuja fue un gran medico en el norte argentino y que tuvo que exiliarse en Mejico durante la dictadura?¡Y que el entró a Clarin ,justo en 1976!!.Si asi repetó a su padre imaginen que se puede esperar de esta lacra.

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